sábado, 1 de enero de 2011

¿Salimos?

Despues de una abundante cena en familia donde abundaban más las anecdotas y los chistes malos de mi padre que nada, encendimos el televisor para que la hermosa Anne Igartiburu nos diera las campanadas y nos deseara un feliz comienzo del año 2011. Una vez ya todos atragantados con las uvas, los múltiples brindis con champagne y unos calurosos abrazos y deseos de felicidad para el próspero año, mi madre mando a mis hermanos a dormir y allí empezó la cuenta atrás. Tenía 25 minutos para ducharme, depilarme, vestirme, maquillarme y peinarme(cosa que no suelo hacer, me suelto el pelo y pa alante).

A las 12.56 me hicieron una perdida, subidón por un instante, respire hondo y pensé, ahora empieza tu noche nena!

Después de unos elitistas cosmopólitans apoyados en la boca del metro, nos dispusimos a ir hacia el local donde junto a 700 personas más ibámos a celebrar la entrada de año. Una vez allí y al ver que había cola para dos horas, yo y Mercedes decidimos meterle morro al asunto y colarnos de todos. Así que fuimos al principio, empujamos un poquitín y dentro. Ni DNI ni nada. Sólo entrar y ver la enormísima cola del baño decidí dar ya la nota del todo y decirle al portero con una grandísima cara de pena y de estremo agobio si tenian un baño aparte o algo. Dado su negativo y mi cara mústia, fue al baño e hizo que me colara de todos. AMA! dirian unos pero esque el ser espavilada es uno de mis grandes dones.

Al parecer la noche no pintaba muy bien ya que el ambiente al principio parecía bastante decadente, la musica no prometía y la cola para copas era exagerada; pero el estar bailando salsa desenfada aprendida de unos DVD's de Mira quien baila con una de mis mejores amigas no tiene precio y realmente eso es lo que queda después de todo.

Feliz entrada de año a todos y espero que ayer como yo la disfrutarais!

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